Capítulo 3: Cambios inesperados.

Al día siguiente, me fui a hacer los recados como castigo por llegar tarde la noche anterior. No fue mi intención quedarme tanto tiempo con Lily, Will y el resto, pero al parecer, me lo pasé tan bien que me olvidé de la hora y pronto se hizo medianoche.
Aunque ya hubiera acabado el instituto y hubiera terminado las pruebas de acceso a la universidad, mis padres no me consideraban "de vacaciones" hasta que no terminase todo el papeleo de solicitudes. Aún así soy libre...
Cuando llegué al portal, alguien a mi espalda me saludó. Me giré para ver quién era y era Joe que me sonreía. Iba con un bañador y una camiseta básica con unas chanclas. Mi corazón dio un pequeño bote. Le dí la espalda rápidamente, notaba mis mejillas algo calientes. ¿Por qué me avergüenzo?
Hey, ¿qué te pasa? Vaya forma de saludarme...
L-Lo siento. —Abrí la puerta para aprovechar el tiempo y recuperar la compostura. ¿Vienes de la piscina?
dijo con felicidad. Hoy hace un día muy bueno, y ya que libraba, aproveché para relajarme. ¿Te ayudo? Cogió las bolsas de mi mano y me ayudó a subirlas al piso.
Gracias.
Estuvimos todo el trayecto del ascensor callados sin decir nada. Cuando llegamos a nuestra planta, me ayudó a dejar las bolsas en mi rellano.
Por cierto, ¿qué tal ayer con tus amigos? ¿Lo pasastéis bien?
Ah... Sí. Estuvo muy divertido. Llegué tarde a casa y por eso tuve que salir a hacer la compra. Joe contuvo la risa—. ¿Qué te hace tanta gracia? pregunté molesta.
Nada, nada. Eres una pequeña rebelde.
Sabes que no es así.
Ya lo sé Joe quedó un poco callado. Otro día te invitaré a la piscina. Díselo a tus padres, así les compesaremos por tener que aguantarte. rió y le golpeé el brazo—. Ouch, eso dolió. Me reí. No puedo creerlo, Macao está sonriendo. ¿Por qué me he puesto nervioso de repente?
Ví como se tapaba la boca, me dio la sensación de que quisiera decir algo. ¿Qué le pasa?
Bueno... Ya nos vemos. dijo Joe secamente mientras se dirigía a su puerta.
A-Adiós...
Cogí mis llaves para abrir mi puerta. Oí como se cerraba la suya. ¿Por qué siento que le he dicho algo malo? Yo, en verdad, me preocupo por él. Aunque preferiría estar muerta antes que decirle que me preocupa.

Hace tres años que murieron sus padres. Joe vivía con ellos y con sus dos hermanos menores: Elsie y David  en una casa cerca de esta urbanización. El padre de Joe y el mío siempre fueron grandes amigos, siempre nos reuníamos con ellos en los cumpleaños y en otro tipo de eventos. Pero la que más tiempo pasaba con ellos era yo porque mis padres trabajaban todo el dia; hasta que nació mi hermana, que pudieron estar más tiempo en casa. A veces creía que nunca iba a poder estar con mis padres, aunque, la familia de Joe, era como mi segunda familia. Sin embargo, los padres de Joe tuvieron aquel terrible accidente de tráfico. Sus hermanos, tuvieron que mudarse con sus tíos a otra ciudad. Joe se quedó solo con 21 años y decidió mudarse. Fue una suerte que el piso de enfrente nuestro estuviera en venta, así que casi no se lo pensó. Pero empezó a encerrarse en su trabajo y casi no le veíamos.
Por esa razón estoy preocupada por él. Cuando ayer me habló después de tanto tiempo, no pude evitar sentir alivio. A pesar de todo, no había perdido esa sonrisa, aunque ya no era la misma que antes. Yo siempre he sido una chica muy seria pero cada vez que veía su sonrisa, me hacía sonreir también. Por eso quiero recuperar aquella sonrisa que hacía brillar a cualquiera, y los únicos que pueden devolvérsela son sus hermanos.

Estaba tumbada con mi móvil intentando pensar en cómo hacer para que los hermanos de Joe vuelvan con él, pero no tenía sus números de teléfono ni sus correos electrónicos, así que iba a estar difícil la operación "Sonrisa de Joe". Dejé el tema a un lado para centrarme a qué universidad quería ir.
Soy una estudiante con una media medio-alta, no tengo muchas aspiraciones y tampoco tengo muchos talentos. Lo único que me gustaba eran las historias antigüas y las cosas raras. ¿Existirá la carrera de lo paranormal? De repente, alguien me escribió un mensaje por chat. Era Harry. De pronto, todas mis preocupaciones y mis pensamientos se centraron en ese nombre.

«¡Hola de nuevo! Perdón por haberte ignorado. No fue mi intencion hacerlo, pero es que estaba tan cansado ese día que se me pasó contestarte. Sí, me inscribí en un módulo de cocina. Ahora toca esperar a ver si me cogen. ¿Tu que querías estudiar? Me acuerdo que en clase te pasabas el día quejándote de todas las asignaturas, pero siempre sacabas mejores notas que yo, jajaja. ¿Te gustaría que quedáramos algún día? Hace mucho que no te veo y me apetece hacerlo.»

¿Q-Quiere quedar conmigo? ¿P-Por qué ahora? ¿Cómo? ¿CUÁNDO? No daba crédito a lo que Harry me había dicho. Le dije lo que sentía por él, pero nunca pensé que de verdad quisiera verme. ¿Me estaría gastando una broma? Después de un rato sopesando la idea, acepté su propuesta. 
En el fondo quería decirle que lo que siento por él aún no había cambiado, y si tenía que ser rechazada, mejor escucharlo de su propia voz. Quería acabar de una vez por todas con esta inquietud que no me dejaba vivir. Si tenía que partirme el corazón, estaba dispuesta a correr ese riesgo. Más que querer verle, quería saber lo que siente por mí.

Pensamiento #3 ¿Porqué es?

¿Tal vez sea porque no sé cómo tratarles? ¿Porque no les tomo en serio? ¿Porque soy demasiado cría todavía? ¿Porque no les entiendo? ¿Porque soy demasiado independiente? ¿Porque tengo miedo? ¿Porque no me aclaro? ¿O porque no he nacido para tener una relación?

Pensamiento #2

Ojalá pudiera decirte todo lo que estoy pensando y lo que he llevado guardado en mi corazón durante mucho tiempo. Pero se me hace extraño decírtelo por chat ya que hace mucho que no te veo ni te oigo, y cuando me escribías sólo lo hacías por un instante y luego me ignorabas. ¿Cómo debo tomarme tu completa ignorancia? 
Desearía poder borrarte de mi vida para siempre.

Capítulo 2: Abriendo puertas (de ascensores)

Lo que me temía, una conversación sin fundamento. Una conversación que volvió a remover mis sentimientos y mis recuerdos con Harry. Una conversación que me llevó a centrarme en mí misma, pero no podía deshacer este nudo en la garganta. Me cogí de las rodillas para sentirme cobijada mientras lloraba. 
Siempre imaginaba cómo sería mi vida si este amor que siento por él hubiese sido correspondido. ¿Y si me está ocurriendo esto porque no es la persona indicada? ¿Pero cuándo sabré que es la indicada? Por su culpa, no puedo abrirme a nadie porque siento que no me van a querer.

Llamé a mi mejor amiga. Necesitaba consejo, estaba en mi nube de desdicha y quería que alguien me pusiera los pies en la tierra. 
— «¿Por qué no te vienes esta noche a la feria que han puesto en el pueblo de al lado? Me lo dijo Will esta mañana, no le importará que vayas, además, vienen amigos suyos que quieren tirar fuegos artificiales que les sobraron en Nochevieja del año pasado.» 
Acepté casi sin pensarlo. Tenía ganas de esforzarme por conocer gente nueva y hacer nuevos amigos. Aunque si no lo hacía, no importaba, sólo quería ver caras nuevas. 

Era verano, así que me puse un mono vaquero, con mi camiseta de monstruos favorita y mis converse negras. Recogí mi pelo en una cola de caballo y salí. Llamé antes a mis padres para avisarles de mis planes. No pusieron objeción
Al tomar el ascensor, coincidí con Joe, mi vecino y amigo de la infancia.
— ¡Hola Macao!
— ¡Es Mao, idiota! ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? 
— ¿Adónde vas?
— He quedado con unos amigos. —Joe me miró sorprendido— ¿Qué te sorprende? 
— Nada. Simplemente me sorprende lo mucho que has crecido. —me sonrojé.
— A mí me sorprende verte después de mucho tiempo. —Ahora que lo recuerdo, no le veo desde hace dos años.
— Ya... Desde que estoy en trabajando en esta empresa, no he parado por casa... Espero volver a coincidir contigo más a menudo. —sonrió mientras salía del ascensor. Yo quedé embobada.
— Sí. Yo también lo espero.
— Bueno, que disfrutes de la tarde. ¡Pásalo bien!
Agité los brazos para despedirme de él. Es increíble la anchura de su espalda. Me pellizqué la cara. Quedé absorta en mis pensamientos.  Será mejor que me dé prisa...

Pensamiento #1

¿Es egoísta por mi parte querer que me hables a pesar de que estoy intentando olvidarte con todas mis fuerzas? 
Nunca antes había sentido esta fuerza en mi interior de querer escucharte, aunque sólo fuera por un segundo. Nunca lo había sentido por otro chico. ¿Qué es lo que tienes tú que no tenga otros? ¡Necesito una explicación! 
Me siento idiota, Harry. ¡Tú eres el idiota que me idiotiza! (>////<)

Capítulo 1: La soledad del amor.

Tengo una familia que me quiere, unas amigas que me apoyan, y no voy tan mal en los estudios como ocurría dos años atrás. Aparentemente, mi vida está completa; sin embargo, cada vez que me quedo sola, siento un vacío enorme. 
Mis padres decidieron hace dos semanas irse este fin de semana a nuestra casa de verano, aprovechando que libraban en sus respectivos trabajos para tomarse unos días de descanso. Se fueron esta mañana con mi hermana. Yo no pude ir porque tengo los últimos exámenes de junio y ¡no puedo suspender!; así que, con todo el dolor del mundo, me quedaré sin descanso durante dos semanas.
Ahora que me quedé sola, no paro de hablar conmigo misma y de recordar viejos momentos y de imaginarme unos nuevos. No paro de pensar de cómo sería y cómo me sentiría en este momento si pudiera invitar a Harry a quedarse.
Hace dos años que no le veo, desde el instituto. Pero pudimos chatear durante ese tiempo. En el Facebook se le veía muy feliz con una chica que no era su novia (al parecer lo dejó con ella). No pude contener más mis sentimientos, así pues, le confesé que me gustaba. No podía perder, no sin antes decirle todo. Si iba a ser una derrota, mejor que fuera porque fui capaz de enfrentarme en la batalla. Al parecer no me rechazó, ni me aceptó; es más, al paso de los meses, cuando pensé que había pasado de mí, que había perdido definitivamente, volvió a chatear conmigo y esta vez con más ganas e ilusión. Estuvo dos días bastante atento conmigo, hasta me confesó que con aquella chica de las fotos sólo había sexo. Pero eso para mí fue muy raro y no fue suficiente y comprendí, una vez más, que los hombres son una especie de animal guiados por sus impulsos. ¿Cómo fue capaz de sugerir acostarme con él aún estando con otra? No sé si fue obvio o no, pero le rechacé.
Desde esa conversación, han pasado 7 meses. Sus conversaciones, los meses después de aquella, fueron disminuyendo, y aunque fuera él quien empezaba a chatear (yo no fui capaz de hacerlo), no se interesaba nada por mí, incluso llegaba a ignorarme. Eso, ahora que lo vuelvo a recordar, me dolió tanto que perdí toda esperanza de que un hombre me quiera tal y como soy. Para colmo, son muy pocos los hombres decentes en esta vida. 
Me he vuelto más dura con ellos. Ya no soy capaz de mostrar ni una pizca de cariño hacia ninguno. 
Quizás haya quien no se merezca tal trato; pero es lo que pasa cuando no te sientes amada por ninguno.

Después de dejar mis pensamientos a un lado y de estudiar una y otra vez el mismo tema de derecho y no llegar a ninguna conclusión clara, me eché en la cama. Estiré todo mi cuerpo y me puse lo más cómoda que pude. Estoy tan aburrida que me echaré un rato la siesta. Pero antes de que pudiera cerrar los ojos, mi móvil comenzó a vibrar. ¡Era Harry! ¡Harry me estaba hablando por chat! 
— «¡Holaa! ¿Qué tal todo?»
Abrí mis ojos como platos. ¿De verdad estaba ocurriendo? Estaba tan inquieta, me temblaban las manos. ¿Me va a hablar para volver a ignorarme? Si va a ser así prefiero que no me hable.... Aún estaba con el móvil en la mano sin saber qué decir. ¿De verdad debería ser tan borde? Quizás esta vez me conteste a las preguntas que le haga.... Tragué saliba y le contesté.