Aunque ya hubiera acabado el instituto y hubiera terminado las pruebas de acceso a la universidad, mis padres no me consideraban "de vacaciones" hasta que no terminase todo el papeleo de solicitudes. Aún así soy libre...
Cuando llegué al portal, alguien a mi espalda me saludó. Me giré para ver quién era y era Joe que me sonreía. Iba con un bañador y una camiseta básica con unas chanclas. Mi corazón dio un pequeño bote. Le dí la espalda rápidamente, notaba mis mejillas algo calientes. ¿Por qué me avergüenzo?
— Hey, ¿qué te pasa? Vaya forma de saludarme...
— L-Lo siento. —Abrí la puerta para aprovechar el tiempo y recuperar la compostura—. ¿Vienes de la piscina?
— Sí —dijo con felicidad—. Hoy hace un día muy bueno, y ya que libraba, aproveché para relajarme. ¿Te ayudo? —Cogió las bolsas de mi mano y me ayudó a subirlas al piso.
— Gracias.
Estuvimos todo el trayecto del ascensor callados sin decir nada. Cuando llegamos a nuestra planta, me ayudó a dejar las bolsas en mi rellano.
— Por cierto, ¿qué tal ayer con tus amigos? ¿Lo pasastéis bien?
— Ah... Sí. Estuvo muy divertido. Llegué tarde a casa y por eso tuve que salir a hacer la compra. —Joe contuvo la risa—. ¿Qué te hace tanta gracia? —pregunté molesta.
— Nada, nada. Eres una pequeña rebelde.
— Sabes que no es así.
— Ya lo sé —Joe quedó un poco callado—. Otro día te invitaré a la piscina. Díselo a tus padres, así les compesaremos por tener que aguantarte. —rió y le golpeé el brazo—. Ouch, eso dolió. —Me reí. No puedo creerlo, Macao está sonriendo. ¿Por qué me he puesto nervioso de repente?
Ví como se tapaba la boca, me dio la sensación de que quisiera decir algo. ¿Qué le pasa?
— Bueno... Ya nos vemos. —dijo Joe secamente mientras se dirigía a su puerta.
— A-Adiós...
Cogí mis llaves para abrir mi puerta. Oí como se cerraba la suya. ¿Por qué siento que le he dicho algo malo? Yo, en verdad, me preocupo por él. Aunque preferiría estar muerta antes que decirle que me preocupa.
Hace tres años que murieron sus padres. Joe vivía con ellos y con sus dos hermanos menores: Elsie y David en una casa cerca de esta urbanización. El padre de Joe y el mío siempre fueron grandes amigos, siempre nos reuníamos con ellos en los cumpleaños y en otro tipo de eventos. Pero la que más tiempo pasaba con ellos era yo porque mis padres trabajaban todo el dia; hasta que nació mi hermana, que pudieron estar más tiempo en casa. A veces creía que nunca iba a poder estar con mis padres, aunque, la familia de Joe, era como mi segunda familia. Sin embargo, los padres de Joe tuvieron aquel terrible accidente de tráfico. Sus hermanos, tuvieron que mudarse con sus tíos a otra ciudad. Joe se quedó solo con 21 años y decidió mudarse. Fue una suerte que el piso de enfrente nuestro estuviera en venta, así que casi no se lo pensó. Pero empezó a encerrarse en su trabajo y casi no le veíamos.
Por esa razón estoy preocupada por él. Cuando ayer me habló después de tanto tiempo, no pude evitar sentir alivio. A pesar de todo, no había perdido esa sonrisa, aunque ya no era la misma que antes. Yo siempre he sido una chica muy seria pero cada vez que veía su sonrisa, me hacía sonreir también. Por eso quiero recuperar aquella sonrisa que hacía brillar a cualquiera, y los únicos que pueden devolvérsela son sus hermanos.
Estaba tumbada con mi móvil intentando pensar en cómo hacer para que los hermanos de Joe vuelvan con él, pero no tenía sus números de teléfono ni sus correos electrónicos, así que iba a estar difícil la operación "Sonrisa de Joe". Dejé el tema a un lado para centrarme a qué universidad quería ir.
Soy una estudiante con una media medio-alta, no tengo muchas aspiraciones y tampoco tengo muchos talentos. Lo único que me gustaba eran las historias antigüas y las cosas raras. ¿Existirá la carrera de lo paranormal? De repente, alguien me escribió un mensaje por chat. Era Harry. De pronto, todas mis preocupaciones y mis pensamientos se centraron en ese nombre.
«¡Hola de nuevo! Perdón por haberte ignorado. No fue mi intencion hacerlo, pero es que estaba tan cansado ese día que se me pasó contestarte. Sí, me inscribí en un módulo de cocina. Ahora toca esperar a ver si me cogen. ¿Tu que querías estudiar? Me acuerdo que en clase te pasabas el día quejándote de todas las asignaturas, pero siempre sacabas mejores notas que yo, jajaja. ¿Te gustaría que quedáramos algún día? Hace mucho que no te veo y me apetece hacerlo.»
¿Q-Quiere quedar conmigo? ¿P-Por qué ahora? ¿Cómo? ¿CUÁNDO? No daba crédito a lo que Harry me había dicho. Le dije lo que sentía por él, pero nunca pensé que de verdad quisiera verme. ¿Me estaría gastando una broma? Después de un rato sopesando la idea, acepté su propuesta.
En el fondo quería decirle que lo que siento por él aún no había cambiado, y si tenía que ser rechazada, mejor escucharlo de su propia voz. Quería acabar de una vez por todas con esta inquietud que no me dejaba vivir. Si tenía que partirme el corazón, estaba dispuesta a correr ese riesgo. Más que querer verle, quería saber lo que siente por mí.